Llega la primavera y empiezan a brotar las primeras flores para renovar energías. Como en el obrador de la pastelería, que han empezado a salir estas flores.
Materias primas, como los huevos, harina, agua o leche, son la base del sabor natural y delicioso de las flores, junto con una cuidada elaboración.
Con esa forma tan característica y peculiar, que se consigue con un hierro, que se hunde en la masa y sumergiéndola en el aceite y saliendo con forma de flor, y que ha pertenecido a la familia desde generaciones, formando parte de nuestro recetario familiar, la cual no queremos que se pierda.
Es una masa suave, crujiente, que a pesar de ser frita, y según con el aceite con el que se fría, no resultan nada grasas.
Las clásicas se rebozan en azúcar, pues la masa no lleva.
Se bañan en el temperador de chocolate.
¡Y así quedan de bonitas!
Estos pequeños penitentes, nos acompañan con su procesión.
Este producto es de temporada y sólo se elaboran en estas fechas.
Estamos anunciados en la guía de Semana Santa de nuestra ciudad.
Podéis pasaros a recoger un folleto.
Y a los que tengáis la suerte de coger vacaciones, hasta la vuelta, y Felices Pascuas!!
Me gusta como va progresando tu blog. Sigue así. Ah¡ a ver sí pronto vemos aquí ese pastelito que tanto nos gusta
ResponderEliminarGracias Vicenta, en cuanto al pastel de merengue,seras la primera en enterarte.
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