viernes, 3 de enero de 2014

ROSCÓN DE REYES

¡EL ÚLTIMO BOCADO A LA NAVIDAD!


La época navideña, despierta casi siempre emociones encontradas. 
Hay quien le resulta insoportable, comercial y sin sentido, pero también están los que aprovechan para reunirse con los familiares y amigos, llenarse de alegría, de regalar y ser regalados.

Parece mentira que un dulce navideño tan perfecto, con tan pocas piezas, escondan en su interior un sabor tradicional que gusta a mayores y pequeños, lo elaboramos de manera clásica... ¡y toda la familia busca su sorpresa! y con tanta ilusión!

Que mejor motivo, que sentarse a la mesa y compartir  el tradicional Roscón de Reyes, pensando en la posibilidad de que el año que viene estemos un poquito mejor.

Para hacer un roscón casero hay que organizarse bien. Se necesita sobre todo, tiempo, y eso en estos días es escaso.



Es una masa que requiere pocas prisas, materias primas de buena calidad, y la masa tiene que quedar en su punto: suave, elástica, blanda y ligeramente pegajosa.

Los ingredientes principales son huevos, margarina vegetal, (por eso de las alergias), harina , azúcar y levadura prensada, aunque se le suele agregar ralladura de limón o naranja, frutas escarchadas y un buen ron o agua de azahar.

 Buscando el significado de la sorpresa, dicen que cuando te encuentras una figurilla, tendrás suerte durante todo el año, y se te tratará como un rey. 



Sin embargo el que recibe el haba tendrá que pagar el postre.


Nos llega recuerdos de nuestra  infancia, cuando lo emocionante que ansiabas que te tocara el rey y temías dar con el haba. 


Es uno de los pocos productos que, al comerse sólo en esta fecha, -Pues se sigue elaborando los tres días o cuatro antes de su fecha- Lo que aumenta su disfrute. 

Después de tener la masa hecha... Se mete en fermentación según tamaño de 30 a 50 minutos, el tiempo justo de cargar en las " maletas " con los que están terminados y llevarlos a la pastelería para vender.



Se meten a cocer unos veinte minutos. Entre tanda y tanda se tarda alrededor de cuatro a cinco horas, y suelen salir unas treinta piezas. Y luego a rellenarlos.


¡Es una pena que no os llegue el olor que impregna todo el obrador!, y que no este dentro de la pastelería para disfrutarlo.


Son tres días a tope que tiene nuestro pastelero Emeterio, pues hay que aprovechar para el bajón que viene después de las fiestas. 




 Se les suele acompañar con rellenos de nata, crema o trufa. Los de nata, se lleva la batidora pequeña y se va montando en el interior de la tienda, sobre la marcha.
Se limpia la batidora, y se vuelve a montar.

 Nos gusta más dejar la sorpresa para el final, así no desprende las toxinas del plástico durante la cocción.


Son muchos años los que este obrador ha visto de hacer roscones!! Primero su abuelo Sacramento, el padre Emeterio, y ahora su hijo támbien Emeterio.


Aunque en los supermercados tienen buenos precios, nada comparable con los roscones artesanos del día. 



Nuestra masa no contiene frutos secos
¿El secreto de nuestro roscón? Un bollo hecho con buenas materias primas... Y mucho, mucho amor y dedicación!!


Le hacemos un hueco al Roscón...
¡Para que no falles en el último día de la Navidad!




¡Que lo disfruteis con gusto!
Y como siempre os digo... Sed buenos!!


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